“La industrialización de la construcción contribuirá a la incorporación de la mujer al ciclo constructivo, tanto en la fase de diseño como a pie de obra»

La industrialización del sector de la construcción avanza para dar respuesta a las nuevas necesidades sociales, con propuestas más sostenibles, eficaces y eficientes. El sector entra en una nueva era que podría abrir, definitivamente, las puertas al talento juvenil y, sobre todo, dar entrada a la mujer en la construcción. Esta es una de las afirmaciones de Mª Begoña López, CEO de Componentes y Unidades Constructivas quien, en el Día de la Mujer, no sólo nos expone en la siguiente entrevista con Interempresas las ventajas competitivas de la industrialización en la construcción, sino que también nos aporta su visión más personal sobre su experiencia profesional, como directiva de una gran empresa de la construcción.

¿Quién es Mª Begoña López?

Mª Begoña López es la consejera delegada de la primera ingeniería que se ha constituido en España, especializada en construcción industrializada.

¿Qué ofrece Componentes y Unidades Constructivas?

Componentes y Unidades Constructivas es una ingeniería especializada, aunque nos consideramos una ingeniería de la propiedad. A la hora de diseñar un edificio, estamos al lado del estudio de arquitectura y de la promotora, ofreciendo aprendizaje y acompañándolos para que el resultado final sea un producto más industrializado, sostenible, con menos coste de inversión y, sobre todo, con mayor control y reducción de costes a lo largo de toda la vida útil del edificio. Es decir, creamos proyectos para que sea más eficaces, eficientes y sostenibles.

¿Por qué la compañía apostó por la construcción industrializada ya en 2004?

Aunque la construcción industrializada existe desde hace muchos años, el nuestro fue un proyecto innovador. De hecho, se estudia en todas las escuelas de arquitectura. Pese a que es un modelo de construcción que ofrece unos costes de mantenimiento y un ciclo de vida útil del edificio muy relevantes, es cierto que, en ese momento, desde el sector inmobiliario no se estaba demandando.

En el sector industrial la construcción se hace por lotes y no hace falta un constructor único. Está más evolucionado y, a raíz de esa innovación y experiencia que se tenía con el sector industrial, empezamos a aplicarlo en el año 2004 al dotacional, todo un hito porque entonces, en España, sólo se hacía vivienda y el sector dotacional estaba un poco desamparado. Pero la necesidad estaba ahí, como ahora, porque se necesitaban colegios, hospitales y edificios sociales, así que se vio en la construcción industrializada la solución a estos problemas.

Es cierto que desde hace ya tiempo en el sector industrial se están dando soluciones, verdaderamente, espectaculares para construir de forma industrializada, minimizando los costes de inversión.

¿Por qué hay que industrializar la construcción?

Para hacerla más eficaz y más eficiente. Y el momento es ahora. Porque el sector tiene necesidades imperiosas a las que la industrialización puede dar soluciones. Los materiales de construcción, por ejemplo, siguen subiendo y no hay mano de obra cualificada.  Y esto no podemos achacarlo solo a los últimos varapalos sufridos por el sector, sino que hay una generación de profesionales de la construcción que ha desaparecido y se ha reemplazado por una generación de trabajadores menos cualificados -en muchos casos inmigrantes-; mientras que la tercera generación, la de nuestros hijos, no encuentran incentivos suficientes para trabajar en la construcción, con lo cual, hay una grave carencia de mano de obra cualificada. Por eso, hay que industrializar, para dar solución a estos y otros muchos problemas. Pero hay que saber industrializar, industrializar bien, para añadir a todos los beneficios que se le presuponen a la industrialización-sostenibilidad, calidad, estabilidad laboral y social, integración de la mujer en el mundo de la construcción y de otros colectivos desfavorecidos-, una mayor eficiencia con un menor coste.

Podemos considerarla una de las mayores expertas en el sector de la construcción industrializada por su vasta experiencia. ¿En qué momento se encuentra el sector y cuál es su hoja de ruta?

El crecimiento del sector debería avanzar hacia los estándares que se están manejando en el resto de Europa, que van, desde el 80% en algunos países nórdicos, hasta el mínimo de implantación en otros países, que es del 40%. En España estamos, aproximadamente, entre un 5% y un 10%, muy lejos de nuestros vecinos. Aunque algunos estudios apuntan que estamos solo en un 1%, en realidad no es así, porque ya se nota que hay esfuerzos en industrialización.

Tenemos que ir hacia estos estándares, no sólo por la necesidad de ser más eficaces, eficientes y sostenibles, sino porque tenemos que empezar a utilizar, no sólo los recursos naturales, sino también los recursos económicos de una manera más sensata.

Empezando por profesionalizar todo el sector. Me he encontrado con promotoras que dicen que quieren industrializar, pero que les sale más caro y no saben cómo hacerlo. Les respondo con el mismo ejemplo que comento a mis alumnos. Cuando vas a una ciudad muy grande por primera vez, tienes dos maneras de conocerla: por libre, en plan aventurero que puede salirte más o menos costoso pero que, en definitiva, es una aventura con sus riesgos; o puedes visitarla de la mano de un profesional, un guía turístico, con más garantías. Esto es lo mismo. La construcción, al igual que otros sectores que ya se han industrializado, tiene que contar con profesionales que aporten visión y experiencia en industrialización. Solo así conseguiremos que industrializar sea más económico.

La industrialización ha despegado en un momento de mayor auge del Build to Rent. ¿Éste es el modelo que debe tomar la construcción industrializada?

Se puede industrializar cualquier tipología de edificio, sin embargo, es cierto que el Build to Rent es donde más se ha apostado por la industrialización, por una cuestión de plazos y costes. Es obvio que, en cualquier negocio que luego va a ser explotado económicamente, el tiempo es un beneficio. Hace unos años, cuando fabricábamos para McDonald’s o Kentuchy Fried Chicken, estar abiertos una semana arriba o abajo -ya no te hablo de meses-, era un factor económico clave, ya que cada día de retraso, es tiempo en el que no se recupera la inversión.

En todas las promociones inmobiliarias de Build to Rent, residencias de estudiantes, geriátricos… en definitiva, edificios para explotación, al final hay una variable común, los fondos de inversión, que son quienes realmente están apostando por invertir en este país y bajo ese modelo de construir edificios. Para un fondo de inversión el plazo es una variable esencial, porque afecta a la rentabilidad.

Pero también es muy importante, fuera del Build to Rent, dotacional, para poder poner al servicio de una comunidad un edificio, sin que cueste más dinero y en la mitad de tiempo. De ahí que se estén haciendo esfuerzos importantes en proyectos que permiten reducir, en hasta un 50%, el plazo de ejecución del edificio, con el objetivo de ponerlo a disposición del ciudadano cuanto antes.

Uno de los mayores exponentes en la construcción industrializada es la sostenibilidad, pero también tiene gran valor la vertiente formativa. ¿Éste es un factor clave para ser una oportunidad laboral para los jóvenes, pero también para las mujeres en este sector?

La formación es fundamental y aquí sí que estamos muy lejos de cubrir las necesidades que requiere ahora mismo el sector. Antiguamente, los oficios se aprendían en el día a día y empezabas como peón de albañil en la obra, por ejemplo. Luego llegaron las formaciones profesionales, pero todo esto ha cambiado. Ahora mismo no hay profesionales especializados en montajes de fachadas o para la fabricación de determinados componentes. Es muy importante que la formación evolucione en el mismo sentido y que incluya tanto a los profesionales del futuro, como a los que ya están ejerciendo, como los aparejadores, porque la forma de construir no será la misma bajo los parámetros de la industrialización que de la manera tradicional.

La digitalización, por ejemplo, es una característica clave que incorpora la industrialización. Y por eso es fundamental formar a la gente sobre cómo se deben calcular esos datos o cómo hacer el seguimiento. La formación debe actualizarse, no sólo en los ciclos de Formación Profesional -que son importantísimos teniendo en cuenta la tasa de paro de nuestro país- sino que, además, tiene que haber una reconversión en las universidades.

Por otro lado, la industrialización puede y debe ser motor para la incorporación de la mujer al ciclo constructivo, tanto en la fase de diseño como a pie de obra. En nuestra etapa como fabricantes, ya fuimos testigos de que la incorporación de la mujer en la construcción industrializada es mucho más sencilla y sucede de manera más natural, porque si a efectos laborales la única diferencia entre un hombre y una mujer es el aspecto físico, la fuerza, con este sistema desaparecen. Y, más allá, la industrialización impulsa no solo la integración de la mujer, sino también de otros colectivos con cierto grado de discapacidad, por lo que supone un salto cualitativo a la hora de equiparar sexos, condiciones sociales… que no existe en los oficios tradicionales de la construcción.

En su caso particular, como mujer liderando una gran empresa innovadora y disruptiva, ¿Cómo ha sido su experiencia personal y profesional?

En los últimos 20 o 25 años he ocupado puestos directivos. Ha sido duro. Siempre he tenido que demostrar el doble o ésta ha sido mi sensación, la de tener que demostrar siempre el doble que mis compañeros. Al final, mi experiencia me ha llevado a liderar un equipo humano espectacular, de hombre y mujeres maravillosos, que me llevan acompañando en los últimos 14 años. Algunos son mayores y otros más jóvenes que yo, pero es incuestionable que lidere este equipo una mujer. El camino ha sido largo y basado en el esfuerzo. También soy madre, tengo dos hijas y me ha tocado viajar a menudo, incluso a nivel internacional, así que he tenido que dedicarle mucho tiempo, dejando de lado temas familiares en muchas ocasiones.

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Mª Begoña López (segunda por la izquierda) durante su participación en el I Foro WIRES, que tuvo lugar en la Fundació Joan Miró de Barcelona.

Componentes y Unidades Constructivas ha realizado más de 200 proyectos, de todos ellos, ¿alguno destaca por encima del resto?

Hay dos que hicimos en su día cuando trabajábamos en la empresa Modultec. El primer edificio que se hizo de vivienda Build to Sell completamente modular, fue un proyecto complejo e histórico. Estaba en un casco urbano donde ni tan siquiera la pared era homogénea e íbamos a llevar un edificio fabricado 100% en fábrica. Sí que fue un hecho importante, complejo y un gran reto que nos encantó a todos, sobre todo, porque estuvo lleno de anécdotas. Entre ellas, la construcción se grabó y se emitió durante varios meses en Discovery Channel como una construcción histórica, a la que teníamos que poner ‘made in Spain’, aunque alguna publicación extranjera puso ‘made in Japan’. Además, durante la fase de montaje por la noche había público e incluso gente asomada a sus ventanas. Recuerdo el nerviosismo porque todo saliera bien y al final no te das cuenta que aquello fue como un show.

Y el segundo proyecto que más me gustó, no sólo por lo emblemático que es, sino sobre todo por el equipo humano que me permitió conocer, fueron las residencias del Real Madrid en Valdebebas. Nos permitió trabajar para una casa con una atención exquisita, eso sí con un grado de exigencia elevadísimo, pero pudimos conocer a un equipo de arquitectura maravilloso, como es el estudio de Lamela liderado por Carlos, una de las mejores personas que me he encontrado en mi vida profesional, así que fue muy enriquecedor, aunque también tuvo su importancia mediática.

Además de la ingeniería y la construcción en fábrica, también se industrializan baños completos. ¿Cuáles son sus particularidades?

El año pasado monté una fábrica para la empresa Urbania, llamada The Prototipo Company, dedicada precisamente a la producción de baños industrializados y, con ella, rompimos un poco el sector del baño industrializado 3D. Implantamos ese componente en multitud de proyectos y cumplimos con el objetivo de hacerlos a un coste razonable. Nuestro know-how es el de una ingeniería industrializada, así que acompañamos a la promotora y al estudio de arquitectura, para diseñar un edificio en componentes, es decir, una construcción por montaje, como si fueran piezas de un lego. Estos componentes compatibles se fabrican en plantas industriales con un grado de seriación que es lo que permite reducir los costes. La clave está en saber elegir qué componentes son más compartibles para un proyecto u otro. Es hacer sencillo lo complejo, personalizando cada proyecto, porque no todos los proyectos son iguales ni deben serlo. Hay elementos en 2D, como las fachadas completas que vienen forjadas, con su ventana ya terminada y con todas las prestaciones interiores y exteriores, o elementos en 3D, como los baños, que ya vienen totalmente terminados con su ducha, bañera, espejo e incluso el portarrollos y mampara. Todo llega preparado y embalado y se coloca en obra, lo que permite reducir, notablemente, los residuos en obra. Frente a la construcción tradicional, la industrialización resulta mucho más sostenible.

¿Las prestaciones de la construcción industrializada se mantienen durante toda la vida útil del edificio?

Sí, porque cuando se industrializa un edificio, la sostenibilidad del edificio es uno de los elementos que se calcula en la fase del proyecto, junto con el coste de la inversión, para que sea lo más optimizada posible, en relación al coste en construcción tradicional. Y esto afecta, tanto los materiales que se utiliza como el coste de vida útil del propio edificio. Lo que los fondos de inversión denominan como Opex, que son todos los costes de la vida útil del edificio con criterios de sostenibilidad. Para ello, se busca utilizar materiales que hayan sido, a su vez, fabricados de forma sostenible y coherente, con la menor huella de carbono posible y con el mínimo consumo de agua y electricidad. Pero también tienen que ser componentes que ofrezcan una larga durabilidad y que sean reciclables al 100%.

¿Y no hay vuelta atrás y ya se ha trazado la hoja de ruta para experimentar un cambio urbanístico?

Como sociedad, cada vez nos hacemos más exigentes, como es lógico. Pero a nivel global, debemos ser conscientes de que estamos sobreexplotando el planeta y tenemos que cuidarlo. Queremos todo más rápido, mejor y a menor coste, pero, hemos de hacerlo compatible con el respeto de nuestro entorno y de los espacios en los que vivimos, para que sean cada vez más agradables. Todo esto es lo que nos va a llevar a industrializar, sin punto de retorno. Estamos en un momento que, prácticamente, todo es posible y de lo que se trata es de hacerlo de forma más razonable.

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