La industrialización es la herramienta más potente que tenemos para construir de manera más eficiente y sostenible. Por eso industrializamos, para reducir plazos y costes y, sobre todo, para dar respuesta a los retos de nuestro tiempo, con soluciones constructivas que mejoran la vida de las personas. Eso es industrializar.
Para el equipo de Componentes, el reto de industrializar la construcción comenzó hace más de 20 años. Desde 2009, venimos incorporando a los proyectos una Ingeniería de Producto y Procesos, con definición milimétrica de cada componente -tanto en la fabricación como en la implantación de obra-, que nos permite ejecutar las obras con precisión industrial.
Fruto de esta experiencia, tenemos la certeza de que la industrialización ha de implementarse en la construcción desde el minuto cero -como hacen otros sectores- mediante Plataformas Integrales de Producto y Proceso. Hoy contamos con herramientas de diseño y simulación artificial muy precisas que permiten la optimización de la productividad desde fases muy tempranas de diseño, donde se definen en plataforma tanto el sistema constructivo a utilizar como los componentes compatibles que formarán parte del mismo.
En nuestra estrategia de diseño y fabricación, recomendamos estandarizar los componentes de menor valor añadido para el cliente final, enfocando la inversión en aquellos que generan mayor valor.
El objetivo: dotar a cada proyecto de la máxima flexibilidad posible, contando con un alto porcentaje de componentes estandarizados.
El sector de la construcción puede y debe jugar un papel muy importante en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, creando hogares, edificios más sostenibles, hospitales y centros de salud, espacios para la formación o renovando zonas en desuso. Y la industrialización es, sin duda, el factor que puede contribuir a que lo que hoy parece una aspiración sea una realidad más cercana. Solo hay que pensar de otro modo, para construir de otro modo, para construir mejor.
Y una de las claves está en trabajar juntos -promotores, industriales, administraciones, ingenierías, constructoras y centros de formación- como un ecosistema, alineando los intereses comunes para poner la construcción al servicio de las necesidades de las personas y llevarla, por fin, al siglo XXI.