Bajo estas 3 premisas, que son la base de la construcción industrializada- se asienta la nueva Planta Modelo para la Edificación Industrializada 3D que Componentes y Unidades Constructivas va a poner en marcha en Jaén.
Como recoge el artículo publicado en El Confidencial, «esta fábrica podrá construir 3.000 viviendas al año más rápido y más barato, consiguiendo lo que hasta ahora los proyectos industrializados —o prefabricados— no han conseguido: rebajar el coste a la hora de construir un activo inmobiliario, sea una vivienda, un colegio o un hospital. Toda una revolución para el sector».

El artículo desgrana cómo comenzó a gestarse el proyecto hace 5 años, de la mano de Begoña López Ferrer, CEO de Componentes y Unidades Constructivas y sus socios José Luis Suárez Sierra, ingeniero, y José Manuel Pisa Menéndez, arquitecto.
«Siempre tuvimos claro», indica Begoña, «que era imprescindible involucrar las áreas de especialización clave -arquitectura, ingeniería, industria- para lograr el equipo con el conocimiento y la experiencia capaz de liderar y sacar el proyecto adelante».
Una iniciativa de Componentes y Unidades constructivas, el promotor local Manuel Molina Jiménez y el fondo Rubicon International
Así, una empresa de ingeniería -Componentes y Unidades Constructivas- ha diseñado, desarrollado y pergeñado la idea; un fondo de inversión internacional -Rubicon Internacional- ha facilitado la inversión para arrancar un proyecto de estas características y un promotor local – Manuel Molina- ha aportado los terrenos y la nave para la futura fábrica.

El principal objetivo de Begoña y sus socios es conseguir fabricar cada uno de los componentes de una vivienda en una misma fábrica y, de ahí, transportarlos a la promoción correspondiente y montar todas las piezas ‘in situ’.
«El problema, hasta ahora, ha sido que la mayoría del sector está prefabricando, no industrializando. Cada proyecto lo estamos convirtiendo en un proyecto singular y eso encarece su construcción. Muchos arquitectos, promotoras y constructoras siguen pensando en sistemas convencionales e intentan que sea la industrialización la que se adapte a ese sistema. Y no puede ser. Nosotros, de hecho, hemos creado nuestro propio estudio de arquitectura, iBOS Arquitectura Industrializada, para demostrar que, si diseñamos desde el principio pensando en ingeniería industrial y de producto, lo podemos hacer bastante más económico, incluso aplicando sistemas que hoy por hoy ya existen en el mercado».
La fórmula para conseguir algo que el sector promotor y constructor aún no ha conseguido se basa en la reducción de horas necesarias por trabajador para producir los componentes que darán forma a las viviendas, las oficinas, los colegios o cualquier otro proyecto inmobiliario.
«Es muy fácil, es una fórmula matemática. En el sector de la construcción, básicamente, un tercio del coste es la materia prima y dos tercios es coste de mano de obra, y nosotros vamos a atacar directamente la variable productividad, el número de horas que se destinan a una determinada tarea», explica a El Confidencial Begoña López Ferrer.
«Si industrialización no significa reducción de costes, no es industrialización, jamás»
La de Jaén, la primera de muchas repartidas por España
El equipo de Componentes está trabajando ya, eligiendo socios locales —inversores, promotores o constructores, pero siempre ligados al sector — que son quienes conocen bien el mercado y quienes nos van a aportar el terreno y la nave- para repetir este modelo en otras zonas de España. «Tenemos en el punto de mira Levante, Castilla-La Mancha y Asturias. Nuestra tecnología es totalmente exportable. De hecho, cuantas más fábricas haya y más deslocalizadas, mejor, porque se irá generando todo un tejido industrial que permitirá aportar ese volumen de oferta de vivienda que ahora mismo no somos capaces de asumir y generar puestos de trabajo».
La puesta en marcha de esta fábrica coincide en el tiempo con el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de Vivienda Industrializada puesto en marcha por el Gobierno, que dotará de 1.300 millones en financiación para dinamizar la construcción industrializada.
Con esta fábrica el límite es el cielo. «Se puede llegar al grado de industrialización que se quiera, ya que hablamos de construcción por montaje de componentes», concluye Begoña López.
Puedes leer entero el artículo de EL CONFIDENCIAL