En la Ciudad Deportiva del Real Madrid, dentro de un ambicioso proyecto desarrollado por el prestigioso Estudio Lamela, se ejecutaron dos edificios destinados a Residencias por sistemas constructivos industrializados:
Residencia para el Primer Equipo.
Residencia para el Primer Equipo.
Este complejo educativo diseñado por el arquitecto especialista en construcción industrializada Jose Manuel Pisa, dispone de una superficie construida de 14.000 m2 y una urbanización total de parcela -incluyendo las instalaciones deportivas- de 40.000 m2.
Diseñado por los arquitectos Gemma Vidal y Rodrigo Alaminos y ubicado en el núcleo de Corró d’Avall de Les Franqueses del Vallès, dispone de una superficie construida de 2000 m2 y se ejecutó en un plazo de 4 meses.
La necesidad de tener el edificio finalizado en un ajustado plazo de ejecución, para poder contar con la infraestructura de cara al siguiente curso escolar, fue clave a la hora de por un sistema de construcción industrializado, mediante componentes 3D, fabricados en Gijón por la empresa Modultec.
La necesidad de tener el edificio finalizado en un ajustado plazo de ejecución, para poder contar con la infraestructura de cara al siguiente curso escolar, fue clave a la hora de por un sistema de construcción industrializado, mediante componentes 3D, fabricados en Gijón por la empresa Modultec.
La empresa La Casa por El Tejado desarrolló una interesante e innovadora propuesta urbanística en el centro de Barcelona donde, ante la escasez de suelo urbano disponible para la construcción de nuevos edificios, realizaron un exhaustivo estudio de mercado, detectando más de 100.000 m2 disponibles en las azoteas de los edificios que no tenían agotada su edificabilidad.
Empleando una novedosa forma de gestión con los propietarios de los edificios y las comunidades de vecinos, compraron el derecho de vuelo y así, no solo pudieron promover en zonas céntricas de la ciudad, sino también ayudar a la rehabilitación de los edificios existentes.
Empleando una novedosa forma de gestión con los propietarios de los edificios y las comunidades de vecinos, compraron el derecho de vuelo y así, no solo pudieron promover en zonas céntricas de la ciudad, sino también ayudar a la rehabilitación de los edificios existentes.